Pescadores y barcas

Mientras el barco navegaba a través del océano infinito, el cielo se volvió de un profundo tono violeta, y las nubes se arremolinaron y se retorcieron en formas extrañas, formando un espectáculo de otro mundo. Las olas debajo del barco eran oscuras y turbulentas, sus crestas iluminadas por relámpagos que bailaban sobre la superficie.

Pintura sin titulo, Sin fecha
Pintura sin titulo
Sin fecha. Coleccion Fernando Baez.

En cubierta, los pasajeros y la tripulación se movían como en un sueño, sus rostros distorsionados y contorsionados como si se vieran a través de un espejo de carnaval. El barco mismo parecía estar vivo, sus tablones de madera respiraban y latían con una extraña energía.

A medida que el barco se adentraba más en el mar, el océano se volvía cada vez más surrealista. Bancos de peces nadaban junto al barco, sus cuerpos retorcidos y distorsionados, sus ojos brillando con una luz espeluznante. Calamares gigantes y pulpos surgieron de las profundidades, sus tentáculos extendiéndose hacia el barco como serpientes retorciéndose.

Objetos extraños flotaban en el agua, incluido un piano flotante que tocaba melodías inquietantes y un reloj gigante que marcaba hacia atrás, sus manecillas giraban al revés.

A medida que el barco se acercaba a una isla lejana, los pasajeros y la tripulación contemplaron con asombro cómo un enorme maremoto se elevaba desde el océano, su superficie cubierta de imágenes y visiones surrealistas. La ola se estrelló sobre el barco, empapándolo todo con una niebla de colores del arcoíris.

A raíz de la ola, el barco se encontró en un paisaje extraño y surrealista, con árboles hechos de cristal y colinas que se movían y fluían como olas. El viaje por el océano se había convertido en un viaje a lo desconocido, donde la realidad y la imaginación se fusionaron en una experiencia surrealista e inolvidable.

El Viaje Fantástico, cuento inspirado en la pintura de Clara Ledesma