El sol, los pescadores y los jinetes, c. 1977

Sin titulo, Clara Ledesma, 1977
C. 1977. Óleo sobre tela, 76 x 61 cms. Familia Cándido Bidó.

El sol brillaba grande y brillante sobre el mar, arrojando un cálido resplandor sobre los pescadores mientras zarpaban para pescar el día. La brisa era fresca y refrescante, y las olas golpeaban suavemente los costados de sus botes. Los pescadores sonrieron mientras izaban sus redes, sabiendo que hoy sería un buen día para pescar.

Mientras tanto, en las colinas cercanas, los jinetes ensillaron y emprendieron su cabalgata matutina. Los rayos del sol bailaban sobre las crines de sus caballos, creando un brillante despliegue de luz y color. Los jinetes se deleitaron con la libertad de los campos abiertos, sintiendo el viento en el pelo y el sol en la cara.

A medida que avanzaba el día, el sol siguió brillando, extendiendo su calor y luz por toda la tierra. Los pescadores y los jinetes regresaron a casa cansados pero contentos, con el corazón lleno y las redes vacías.

A medida que se acercaba la noche, el cielo comenzó a oscurecerse y la luna se elevó lentamente en el cielo. Pero esta no era una luna ordinaria. Era una luna azul, y traía consigo un poder mágico. Mientras los niños del pueblo se iban a la cama, la luna azul comenzó a cantar una dulce canción de cuna, llevándolos a dormir.

Los pescadores y los jinetes vieron cómo la luna se elevaba más y más en el cielo, proyectando un brillo pacífico sobre la tierra. Sonrieron satisfechos, agradecidos por la belleza y la maravilla del mundo que los rodeaba. Y mientras se quedaban dormidos, sabían que mañana traería otro día de sol y aventuras.