Negrita en el jardin, c. 1960
En el centro de este gran lienzo, esta sentada una hermosa negrita. Su piel oscura y suave como el ónix pulido.
La cubre un vestido blanco, su tela caía en cascada por su figura. Un pañuelo a juego esta envuelto alrededor de su cabeza, enmarcando su rostro en un suave resplandor.
La negrita esta en conversación con las flores a su alrededor. Se inclina cerca, moviendo los labios mientras susurraba suavemente a la flor.
Detrás de ella, el fondo es de un color dorado y brillante que proyecta un brillo cálido sobre el lienzo. .
La figura de la mujer se destaca a través de su vestido, sus curvas acentuadas por los pliegues fluidos de la tela.
Hay una sensación de paz y tranquilidad en esta pintura, un recordatorio de que incluso en medio del caos del mundo, la belleza y la serenidad se pueden encontrar en las cosas más simples. La conversación de la negrita con sus flores es una conexión profunda que existe entre todos los seres vivos y la importancia de nutrir esas conexiones para vivir una vida con significado y propósito.