Negrita con canasta y flores

La negrita tenía una piel rica y oscura que parecía brillar a la luz del sol, y extremidades largas y delgadas que se movían con gracia mientras arreglaba las flores.

C. >1963. Óleo sobre cartón piedra, 54 x 45 cms. Colección Privada.

Su vestido era una obra maestra de color rosa que fluía, con capas de tela que se arremolinaban y giraban a su alrededor mientras caminaba. Un pañuelo a juego estaba envuelto elegantemente alrededor de su cabeza, adornado con rayas que captaban la luz y brillaban como joyas.

Mientras el vendedor de flores caminaba por el caluroso camino de tierra, tanto los clientes como los transeúntes se detuvieron para prestar atención. Algunos simplemente contemplaron con asombro su belleza y sus flores, mientras que otros se acercaron a ella para hacer una compra. Pero todos, al parecer, estaban cautivados por su belleza y gracia.

Se movía con una calma sin esfuerzo, sus ojos atrapando cada mirada. Su figura tan fascinante como las rosas en su canasta.

La negrita de las rosas, cuento inspirado en la obra presentada de Clara Ledesma.