El eco atávico, c. 1964

Eco atávico, dibujo de Clara Ledesma, terminado el 964. Obra en tacnica tinta sobre papel de 34 por 26 centimetros. Obra ganadora del 2do premio de dibujo en el Concurso de Arte Eduardo León Jimenes 1964. Parte de la coleccion Eduardo León Jimenes de Artes Visuales del Centro Leon en Santiago de los Caballeros, Republica Dominicana.

Eco atávico, Clara Ledesma, 1964
Eco atávico. C. 1964. Tinta sobre papel, 34 x 26 cm. Colección Eduardo León Jimenes de Artes Visuales.

El concepto de un "eco atávico" es fascinante, ya que sugiere que ciertos rasgos y comportamientos que alguna vez fueron comunes en nuestros ancestros evolutivos pueden reaparecer en los individuos y sociedades de hoy en día. El término "atávico" proviene de la palabra latina "atavus", que significa "antepasado", e implica una reversión a una forma más primitiva.

El estudio de los ecos atávicos ha sido particularmente relevante en los campos de la sociología, la psicología y la biología evolutiva. En sociología, los ecos atávicos pueden explicar por qué ciertos problemas sociales persisten a pesar del progreso social y la educación. Por ejemplo, el tribalismo y la identidad grupal son comportamientos que pueden haber servido bien a nuestros antepasados en términos de supervivencia, pero también pueden contribuir al conflicto y la división en la sociedad moderna.

En psicología, los ecos atávicos pueden manifestarse en forma de fobias y miedos. Por ejemplo, el miedo a las serpientes o las arañas puede ser un eco evolutivo de la necesidad de nuestros antepasados de tener cuidado con las criaturas potencialmente peligrosas. De manera similar, el miedo a la oscuridad puede haberse desarrollado como un medio para protegernos de los depredadores nocturnos.